Oh San Luis,
A ti, que siempre tuviste
un comportamiento
angelical,
yo, indigno devoto tuyo
te encomiendo la
castidad
de mi alma y mi cuerpo.
Te ruego por tu
pureza angelical
que intercedas por mí ante el
Cordero inmaculado,
Jesucristo y de su Santísima Madre,
la Virgen de las vírgenes,
y me preservéis
de cometer malas acciones.
ninguna mancha de impureza,
y cuando me veáis en la tentación
o el peligro del pecado,
apartad de mi corazón
todos los
pensamientos y afectos y sucios,
despertando en mí
el recuerdo de la eternidad
y de la crucifixión de
Jesús,
imprimiendo en lo más profundo
de mi corazón
el sentimiento del
amor de Dios.
Acudo hoy a ti para pedirte
ayuda y protección para mis hijos.
Ayúdame a conducirlos por buenos caminos,
para su felicidad en esta vida,
y grandeza para su alma.
Ayúdales a encontrar una vida con posibilidades
para sus estudios y posteriores trabajos,
que las puertas se abran a su paso,
en el amor, el trabajo y la prosperidad.
Guárdalos siempre con buena salud
y que sean capaces de aprender
por el camino del amor y la compresión
y no por el duro camino del dolor.
Nosotros trataremos de imitar
tus virtudes en la
tierra
para poder gozar contigo
de los dones de Dios en el cielo.
Amen