Un solo Dios al que adorar
El que está en mi corazón
Cada día y amanecer.
En cada atardecer y anochecer
Antes de emprender la marcha
Hacia mi vida rutinaria
Prenderé las zarzas de mi mente.
A lo largo de la jornada
Me refrescaré largamente en el
Oasis de mi soledad y pensamientos
y sobre las tablas que están pulidas
en mi corazón y en mi fe
Dios escribirá
como mandamientos nuevos
que serán mios a diario
el Credo del Guerrero
y así será mi rezo siempre.
Si carezco de padre:
el cielo y la tierra amada por mi serán mis padres.
Si carezco de hogar:
la conciencia será siempre mi hogar.
Si carezco de vida y de muerte:
el ritmo de la respiración, alegría y amores
serán mi vida y mi muerte.
Si carezco de fuerza divina:
la honestidad y el amor a mi prójimo
serán mi fuerza divina.
Si carezco de riqueza:
la comprensión y el amor serán mi mayor riqueza.
Si carezco de secretos:
la honestidad y sinceridad conmigo mismo y los demás
serán mis secretos.
si carezco de secretos mágicos:
el carácter en mi actuar
ese será mi secreto mágico.
Si carezco de cuerpo:
la resistencia a los problemas será mi cuerpo.
Si carezco de ojos:
el destello de rayos del amor y la sinceridad en mi
y también para los demás
serán mis ojos.
Si carezco de oídos:
la sensibilidad hacia los problemas de los demás
serán mis oídos.
Si carezco de miembros:
la presteza y ayuda para el que lo necesite,
esos serán mis miembros.
Si carezco de estrategia:
lo no oscurecido por mis acciones y pensamientos
serán mi estrategia.
Si carezco de proyectos:
tomar la vida al vuelo será mi proyecto.
Si carezco de milagros:
la acción y ayuda correcta
serán mi mayor milagro.
Si carezco de principios:
la capacidad de comprensión
y adaptación a todas las circunstancias
será mi principio.
Si carezco de apoyo:
el vacío y apoyo a los demás
será mi apoyo.
Si carezco de talentos:
la agudeza y el amor
será mi talento.
Si carezco de amigos:
mi espíritu es y será
mi mayor amigo.
Si carezco de enemigos:
el descuido y conocerme a mí mismo
será mi enemigo.
Si carezco de armadura:
la benevolencia, la virtud y la esperanza
serán mi armadura.
Si carezco de castillos:
el silencio supremo, la soledad
y el espíritu inmutable de Dios
serán mi castillo.
Si carezco de espada:
la ausencia de interés por mi y hacia los demás
serán mi espada.
Si carezco de habilidad:
la perseverancia para superar y comprender todo
esa será mi mayor habilidad.
Si carezco de valor:
la confianza en Dios y hacia los demás
será mi más grande valor.
Si carezco de diversiones mundanas:
la satisfacción propia y la alegría por la vida y el amor
serán mi continua diversión.
Si carezco de resultados a corto plazo:
la paciencia y comprensión por mi mismo y los demás
serán mi resultado a corto plazo.
Si carezco de patria y grandes ideales:
el entusiasmo, la alegría, diversión y amor serán mi patria
y el lograr comprender y amar a lo más pequeño
ese será mi mayor y mas grande ideal.
Si carezco de religión:
la sed de paz, amor, comprensión y libertad
serán mi religión.
Si carezco de templo:
la oración y meditación para encontrarme
serán mi templo.
Si carezco de leyes:
el respeto propio y ajeno y la humildad y comprensión
serán mi ley.
Si carezco de trabajo y de sueldo:
la acción impersonal y ayuda hacia los demás
será mi trabajo
y el dar sin pedir y esperar nada a cambio
serán mi mejor sueldo.
Si carezco de hobbies:
al contemplar la risa y el amor con admiración
serán mi mayor y mejor hobbie.
Si carezco de espíritu aventurero:
el vivir con intensidad, alegría y diversión por la vida
ese será mi permanente aventura.
Si carezco de métodos:
la autoaceptación y comprensión por mi y los demás
será mi mejor método.
Si carezco de sexo:
el saberme amado y unido con todo y todos
será mi sexo.
Si carezco de consuelo en los momentos difíciles:
la esperanza y la fe
serán mi mayor y mejor consuelo.
Si carezco de tiempo para descansar:
la imperturbabilidad en todas
y cada una de las circunstancias en la vida
serán mi mayor y mejor descanso.
Si carezco de posesiones:
la risa, la alegría y diversión sin motivo
y la gratitud hacia los demás
serán mis posesiones.
Si carezco de afectos humanos:
la tolerancia, comprensión, paciencia
y perdón hacia mi y los demás
serán mis afectos humanos.
Porque si llego a carecer de todo,
mi fe y amor hacia Dios y la vida
serán mis mayores y mejores carencias.
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