El huevo siempre ha sido muy utilizado en esoterismo para realizar limpiezas de negatividad y magias personales y también para adivinación. Ha sido desde muy antiguo, quizá por su simbolismo germinal y primordial, un aliado fiel de los magos, chamanes, hechiceros y sanadores. Básicamente es considerado un elemento de limpieza del aura, siempre tan dañada por las envidias, los odios y los malos deseos.
El huevo se ha considerado, desde siempre, como un símbolo de fertilidad, de la gestación y del nacimiento. Debido a esta concepción, no es raro que se haya empleado desde la antigüedad para la lectura de la suerte la cual recibe el nombre de ovomancia.
Muchos historiadores atribuyen la invención de la ovomancia a Orfeo, poeta y músico griego. Se sabe que en la antigua Grecia era muy popular en los oráculos y los sabios aprendían a leer el futuro en la cáscara tanto interna como externa del huevo.
Actualmente, se utilizan diferentes técnicas para determinar el porvenir, siendo los más comunes los siguientes:
Primera técnica adivinatoria: Interpretación de figuras que forma el huevo en el agua
Este método es muy utilizado en algunos países Latinoamericanos especialmente a la medianoche del 31 de diciembre con el fin de determinar cómo será el próximo año. Sin embargo, también se puede emplear en cualquier momento que la persona estime conveniente o necesario.
Este método consiste en llenar con agua un vaso transparente y alto. Luego, con un alfiler, se debe hacer un agujero en el extremo del huevo. Entonces, se sostiene el huevo por encima del agua hasta que la clara comience a escurrir hacia el vaso. Es, en ese momento, cuando la persona formula alguna pregunta o interrogante que tiene sobre algún aspecto de su vida.