lunes, 10 de septiembre de 2012

ORACIÓN PARA PEDIR FUERZAS A LA VIRGEN MARÍA

 
 
 
 
María:
 
Cuarenta días después del nacimiento de tu Hijo
lo presentaste en el templo
para encontrarse con el resto de Israel,
representado en los ancianos Simeón y Ana
que lo aguardaban con ayunos y oraciones.
 
Allí fue donde también lo presentaste al Padre,
no sólo para cumplir la ley de Moisés,
sino también para que, en su primer acto de culto,
consagrara anticipadamente nuestros templos,
y sobre todo,
para darnos a conocer el nuevo santuario de Dios
que es Jesucristo mismo:
 
Luz para iluminar a las naciones
y gloria de su pueblo, Israel.
 
El nos hace participar en la construcción
de este mismo santuario como piedras vivas,
configurando nuestro cuerpo
como templo del Espíritu Santo.
 
Jesús es la luz verdadera
que ilumina a todo hombre que viene a este mundo;
que nosotros,
imitándote a ti, María, entremos en el templo
llevando nuestra luz pequeña y frágil,
recibida el día de nuestro bautismo
como la misma vida amenazada desde sus comienzos,
pero cálida y luminosa como el amor de Dios
que está en su origen.
 
María: Danos fuerza para que dejemos
que la luz de Cristo nos penetre
y nos transforme,
participando en el banquete de la Eucaristía
a la espera de su vuelta revestido de gloria.
 
Amén.
 
 
 

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