Amantísimo Santo,
amado de Dios por todas tus virtudes,
amado de Dios por todas tus virtudes,
a ti
vengo con la fe de mi alma cristiana
y con la esperanza puesta en ti,
y con la esperanza puesta en ti,
a buscar consuelo en mis penas y necesidades
y a suplicaros con toda devoción,
y a suplicaros con toda devoción,
con todo
el afecto que os profeso,
me consigáis por vuestra poderosa intercesión,
la
solución para la causa que me aflige
y que a continuación os expongo y pido:
y que a continuación os expongo y pido:
(decir petición).
Aquí ante tu imagen dejo la
necesidad de mi súplica
con la certeza de ha sido escuchada.
Tu eres mi esperanza.
con la certeza de ha sido escuchada.
Tu eres mi esperanza.
Tú eres mi consuelo.
Tú eres el depositario de mi fe.
Tú eres el depositario de mi fe.
Se que tu
divina providencia
está en mí en cada momento.
Rezar un Padre Nuestro y un Ave María.
está en mí en cada momento.
Rezar un Padre Nuestro y un Ave María.