A ti recurro,
querida virgen y
mártir,
confiado en tu
poder con Dios
y tu buena voluntad
para coger mi causa entre tus manos.
Alabo y
bendigo al Señor
por darnos a ti como patrona
de quienes padecen problemas
emocionales y nerviosos.
en que por medio de tu intercesión
Él me devolverá
mi serenidad perdida y la paz mental.
Quiera Él hablar a mi
corazón y asegurarme:
"Mi paz te doy.
No dejes que tu corazón
se preocupe
ni tenga miedo".
Ruega por mí,
querida Santa Dympna,
para que mi confusión
emocional y nerviosa
cesen y pueda
de nuevo disfrutar
de la serenidad y la paz personal.
Amén.