en caridad encendido,
dad Bruno, de Dios querido,
al que os invoca favor.
Os vio Colonia nacer,
y tras candorosa infancia
ansioso voláis a Francia
para en la ciencia ascender.
Con vuestra ciencia y virtud,
conquistáis premio y loor,
dad, Bruno, de Dios querido,
al que os invoca favor.
Vuestra continua oración,
ayuno y gran penitencia
os dan de Dios tal presencia,
tan alta contemplación,
que el yermo pobláis de gentes
y embalsama vuestro amor.
Dad, Bruno, de Dios querido,
al que os invoca favor.
De ásperas cuerdas cubierto
con parca y pobre comida
vuestra solitaria vida
con dos claros manantiales
en cuyas aguas los males
naufragan con gran portento
y al ir al fondo el dolor
haya puerto el afligido.
Dad, Bruno, de Dios querido,
al que os invoca favor.
Tu sepulcro milagroso
es probática piscina,
de todo mal medicina
al que acude fervoroso.
Siempre te encuentra benigno
del desvalido el clamor.
Dad, Bruno, de Dios querido,
al que os invoca favor.
La pena o enfermedad
que mas combate o aqueja
vuestro nombre la despeja
y trueca en serenidad.
Sobre quien sois valedor
se derrama el bien llovido
pues con Jesús triunfador
lucís laurel merecido.
Dad Bruno de Dios querido
al que os invoca favor.
Te rogamos, Señor,
que por intercesión
de tu confesor San Bruno,
vengas en nuestra ayuda;
y ya que con numerosos graves
pecados hemos ofendido a tu Majestad,
dígnate perdonarnos por sus méritos y oraciones.
Oh Dios, que llamaste a san Bruno
para te sirviera en la soledad,
concédenos por su intercesión,
que en medio de las vicisitudes
de este mundo vivamos
entregados siempre a ti.
Por Jesucristo Nuestro Señor.