Oh bendito San Antonio,
él más gentil de todos los Santos,
tu amor por Dios y tu caridad por su criaturas
te hicieron merecedor, cuando estabas aquí en la tierra,
de poseer poderes milagrosos.
Los milagros esperaban tu palabra,
que tu estabas siempre dispuesto a hablar
por aquellas con problemas o ansiedades.
Animado por este pensamiento,
te imploro obtengas para mí
(Hacer ahora tu petición).
La respuesta a mí rezo puede que requiera un milagro,
pero aún asi tú eres el santo de los milagros.
Oh gentil y querido Santo,
cuyo corazón siempre está lleno de compasión humana, susurra mi petición a los oídos del dulce Niño Jesus,
a quien le gustaba estar en tus brazos,
y por siempre tendrás la gratitud de mi corazón.