¿Dónde estás Señor que no veo tu rostro?
Entra a mi corazón,
para que sanes mi cuerpo
y las heridas de mi alma.
Muéstrame el camino hacia Ti
para conocerte y decirte
que siempre has estado en mis pensamientos
y en mis oraciones.
Hazme sentir llena de paz,
tranquilidad, y con mucho amor hacia Ti;
enséñame Señor, a perdonar a no odiar,
a no estar sola.
Quiero ser feliz arrancarme el pasado
que tanto me ha lastimado,
y vivir un presente como si empezara a nacer.
Me arrodillo hacia Ti,
para encontrarme contigo
y nunca jamás me alejaré,
eres mi Dios, mi Salvador.
En mi mente refleja tu rostro
y sabré que estás conmigo siempre,
cada vez que vea las rosas, los jazmines,
las flores silvestres, el aire y el inmenso mar.
Como las estrellas que brillan en el firmamento
y todo lo bello que la naturaleza nos da
pensaré que eres Tú.
Mi Dios dame fuerza,
ilumina mi mente y lléname de esperanza
cada día Señor.
Amén Jesús.