Dígnate, Dios todopoderoso,
de bendecir este fuego para que sea símbolo
de la presencia del Espíritu Santo
y de la llama de amor viva que arde
en el Sagrado Corazón de Jesús,
en el Inmaculado Corazón de María
y en el Castísimo Corazón de san José.
Para que destruyendo estos elementos físicos,
quede también aniquilado todo mal espiritual y corporal, conjurado a través de ellos contra tus hijos amados.
Queden así disueltos todos los maleficios
de muerte, enfermedad o ruina,
simbolizados por los elementos que sometemos
bajo el poder de tu llama de amor.
Y que esto se realice en el nombre
de Dios Padre Omnipotente,
Dios Hijo Redentor del Mundo,
Dios Espíritu Santo,
con el poder de atar y desatar
que tiene la Santa Madre Iglesia Católica,
por la intercesión de la Santísima Virgen María
y el ministerio de los Santos Arcángeles
San Miguel, San Gabriel y San Rafael.
Amén.