martes, 29 de enero de 2013

LA ORACIÓN DEL CAMINERO

 
 
 
Sabemos, Sagrado Principio Omnipresente,
Omnisciente y Omnipotente,
que de Ti todo deriva,
en Ti se mueve y alcanza la Sagrada Finalidad,
porque las relativas o aparentes libertades,
funcionan en el seno de Tu Absoluto Determinismo.
Sabemos, Sagrado Principio,
que enviaste a Tus hijos una Ley Moral,
un Código de Moral Divina,
por encima del cual nadie jamás pasará,
por ser el sentido moral de la vida,
aquel que define entre el Bien y el Mal,
en términos de comportamiento,
para con Tus Leyes Regentes Fundamentales
y para con el prójimo.
Sabemos, Sagrado Principio,
que prometiste un Derrame de Dones del Espíritu Santo, Carismas o Mediumnidades,
para toda la carne, para todos Tus hijos,
a fin de que Tus Ángeles o Espíritus Mensajeros
pudiesen manifestar su consoladora presencia,
hablando en lenguas diversas,
produciendo señales, dichos milagrosos,
presentando maravillosas curaciones,
probando la inmortalidad del espíritu,
resaltando la responsabilidad de los hechos
y haciendo comprender la reencarnación
como válvula redentora y evolutiva de Tus hijos.
Reconocemos, Sagrado Principio,
Tu Omnipresencia, Omnisciencia y Omnipotencia,
así como consideramos Tus Enseñanzas
y Tus Gracias, principalmente el Glorioso Pentecostés, marcando en la Historia de la Humanidad terrestre
el tiempo de la Revelación tornada pública,
como bendición consoladora para Tus hijos.
Entre tanto, Sagrado Principio,
reconociendo la inmensidad de las fallas humanas,
el caudal de desvíos tenebrosos
practicados por los hombres,
 engendrando simulaciones,
comerciando idolatrías,
imponiendo blasfemias a Tus hijos menos esclarecidos,
a Ti rogamos también la Gracia
del mejor discernimiento,
para jamás poner la mentira en el lugar de la Verdad,
la hipocresía en el lugar del Amor
y el fanatismo sectario en el lugar de la Virtud.
 
 
 
 
 

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