Festividad el 3 de Ferbrero
Oh glorioso San Blas,
que con vuestro martirio
habéis dejado a la Iglesia
un ilustre testimonio de la fe,
alcanzadnos la gracia
de conservar este divino don,
y de defender sin respetos humanos,
de palabra y con las obras,
la verdad de la misma fe,
hoy tan combatida y ultrajada.
Vos que milagrosamente
salvasteis a un niño que iba a morir
del mal de garganta,
concedednos vuestro poderoso patrocinio
cuando estemos aquejados de este mal;
San Blas bendito, médico y obispo,
acógenos bajo tu protección,
restablécenos la salud,
alcánzanos del Señor la gracia
de vernos libres
de todas las enfermedades de la garganta
y emplear a ésta siempre
para la gloria de Dios
y bien de nuestras almas.
Así sea.