Ven, Señor Jesús,
a través de tu Corazón Acogedor,
liberarme de esta soledad que me destruye.
Yo mismo me he encerrado.
Ven para cortar estas cadenas
y ven para hacer revivir la Vida
de los niños de Dios en mí.
Ven, Señor Jesús,
para acoger en mí este sí a la Vida,
porque yo soy incapaz de esto.
Hasta no lo deseo.
Me transformé en un corazón endurecido.
Yo te suplico, ven a mi ayuda.
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Ven, Señor Jesús,
y ayúdame a ver tal como se puede ver
a través del agua cristalina.
Que mi confusión se disipe,
que tu claridad entre en mi confusión,
así como
los rayos del sol
atraviesan las puras aguas
de un lago inmaculado.
Ven, Señor Jesús,
ayúdame y sálvame.
Amén