Acudimos a Ti, ¡Oh Madre de la Soledad!,
para que nos acompañes y ayudes en las
penas y tribulaciones;
de manera que el sufrimiento nos purifique
para ser dignas hijos tuyos;
y con tu poderosa intercesión
nos acerques a tu Divino Hijo.
De rodillas ante Ti, te pedimos nos
consigas de nuestro Padre Celestial
el perdón de nuestros pecados.
Por mediación de tu Hijo Jesucristo.
Virgen de Soledad
Ruega por nosotros
Virgen de Soledad
Ten misericordia de nosotros
Virgen de Soledad
Bendice nuestros trabajos y nuestros hogares
Amén.