Santa Teresa, esposa virgen,
especialmente amada del Crucificado,
y doctora de la Iglesia,
alcánzame que a imitación tuya
prefiera cumplir la voluntad
y ganar la amistad el Sumo Bien,
antes que todos los goces de la tierra.
Dame fortaleza para seguir tu ejemplo
de servir públicamente a Cristo
con la perfección que Él pide,
a pesar de todas las contradicciones.
Y que con tu auxilio pueda superar
las dificultades de esta vida
y merecer el descanso sin fin del cielo.
Amén.