Mi adorada Yemanyá, Virgen de Regla Divina,
Tú que gobiernas las aguas,
derramando sobre la humanidad tu protección,
realizando, oh! Divina Madre,
una descarga en sus cuerpos y en sus manos,
limpiando las aguas e infundiendo en sus corazones
el respeto y la veneración debida
a esa fuerza de la naturaleza que simbolizas,
permite que tus falanges nos protejan y amparen.
Te suplicamos Yemanyá poderosísima,
Reina de las aguas,
este ruego a conseguir:
(hacer la petición)
Con todo amor y justicia,
dadme la fuerza necesaria y precisa
para soportarlo todo.
En un mar de naturaleza y armonía quiero vivir.
Proteje a mis seres queridos
de todos los males y peligros.
Salve Yemanyá, Reina del Mar.
Se ofrece una novena de flores celestes al pedir la gracia.
Una vez conseguida, se lleva al mar un ramo de flores
atado con una cinta celeste y se lanza sobre las aguas
agradeciendo el favor conseguido.