miércoles, 24 de agosto de 2011

EXORCISMO Y BENDICIÓN DE LA MEDALLA DE SAN BENITO




La Medalla de San Benito
 
La medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con gran poder de exorcismo.  Como todo sacramental, su poder está no en si misma sino en Cristo quien lo otorga a la Iglesia y por la fervorosa disposición de quién usa la medalla. 
 
Descripción de la medalla:
 
En el frente de la medalla aparece San Benito con la Cruz en una mano y el libro de las Reglas en la otra mano, con la oración: "A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia".  (Oración de la Buena Muerte).
 
El reverso muestra la cruz de San Benito con las letras:
 
C.S.P.B.: "Santa Cruz del Padre Benito"
 
C.S.S.M.L.: "La santa Cruz sea mi luz"
(crucero vertical de la cruz)

N.D.S.M.D.:  "y que el Dragón no sea mi guía."
(crucero horizontal)



En círculo, comenzando por arriba hacia la derecha:

V.R.S. "Abajo contigo satanás"
 
N.S.M.V.  "para de atraerme con tus mentiras"
 
S.M.Q.L.  "Venenosa es tu carnada"
 
I.V.B.  "Trágatela tu mismo".
 
PAX. "Paz"
 
 
Exorcismo de la medalla:
 
-Nuestra ayuda nos viene del Señor
 
-Que hizo el cielo y la tierra.
 
Te ordeno, espíritu del mal,
que abandones esta medalla,
en el nombre de Dios Padre Omnipotente,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que en ellos se contiene.
 
Que desaparezcan y se alejen de esta medalla
toda la fuerza del adversario,
todo el poder del diablo,
todos los ataques e ilusiones de satanás,
a fin de que todos los que la usaren
gocen de la salud de alma y cuerpo.
 
En el nombre del Padre Omnipotente
y de su Hijo, Nuestro Señor,
y del Espíritu Santo Paráclito,
y por la caridad de Jesucristo,
que ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos
y al mundo por el fuego.
 
Bendición de la Medalla:
 
-Señor, escucha mi oración
 
-Y llegue a ti mi clamor
 
Oremos:
 
Dios omnipotente,
dador de todos los bienes,
te suplicamos humildemente
que por la intercesión
de nuestro Padre San Benito,
infundas tu bendición
sobre esta sagrada medalla,
a fin de que quien la lleve,
dedicándose a las buenas obras,
merezca conseguir la salud
del alma y del cuerpo,
la gracia de la santificación,
y todas la indulgencias
que se nos otorgan,
y que por la ayuda de tu misericordia
se esfuerce en evitar
la acechanzas y engaños del diablo,
y merezca aparecer santo y limpio
en tu presencia.
 
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
 
Amén
 

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