domingo, 17 de febrero de 2013

ORACIÓN DE UNA MUJER POR LOS HOMBRES





Ya no os llamo siervos, os llamo amigos (Juan 15)


Estaba cansada y ofreciste hacerme la comida
y buscarme un lugar tranquilo donde trabajar.
Estaba agotada y me dijiste:
"¿Qué puedo hacer para ayudarte?
Ya lo sé, déjame que me ocupe de los niños"
 
Dudaba de mis dones y me dijiste sin vacilar:
"¡Ah, pero lo estas haciendo muy bien!"
 
Te pregunté qué pensabas de lo que estaba haciendo,
y tú espontáneamente dijiste:
"Lo importante es lo que piensas tú"
 
Estaba desesperada y, en lugar de compadecerme,
me dijiste: "Ven y haz otra cosa".

Viste a una mujer maltratada
y te sentiste indignado en su lugar.

Te comprometiste porque yo te lo pedí,
perseveraste porque creíste
en lo que estabas haciendo.
 
Dijiste lo que pensabas
cuando los demás se quedaron callados.
 
Escuchaste cuando los demás
estaban demasiado interesados en hablar.
 
No me dijiste cómo ser una mujer,
sino que hiciste algo más difícil:
tratar de comprender
lo que ahora significa ser hombre.
 
Señor, por todos estos amigos,
padres, hermanos, hijos,
extraños, compañeros
te doy gracias.

No porque siempre hayamos estado de acuerdo
-que no lo hemos estado-
sino porque siempre han estado comprometidos.

No porque siempre hayamos tenido razón
-que no la hemos tenido-
sino porque siempre han persistido.

No porque siempre hayamos tenido éxito
-que no lo hemos tenido-,
sino porque siempre se han preocupado por nosotras.


Por ellos he podido creer en la posibilidad
de la solidaridad con las mujeres.
Por su testimonio de Ti,
Su testimonio y su verdad,
Te pido que los bendigas,
Que ellos no te fallen a Ti
y que nosotras
no les fallemos ni nos olvidemos de Ti.

Amén
 

 

Blog Archive

Mi Lista de Blogs