- El Señor esté con vosotros.
- Y con tu espíritu.
- Dios que en todas partes manifiesta
su poder y su bondad, encomienda a la Iglesia
la bendición de determinados elementos,
para que todos los que los usen piadosamente
se sientan atraídos hacia los bienes invisibles
y bendigan a Dios,
que es también admirable en sus santos.
Oremos:
Dios todopoderoso,
que creaste la diversidad de las cosas del mundo,
y quisiste que tu mismo Hijo
se encarnara para la Redención.
Tú que eres grande e inmenso,
digno de toda alabanza,
haces cosas admirables.
Para confesar su fe en ti
el glorioso Obispo y mártir S. Blas,
no temiendo los tormentos,
consiguió felizmente la palma del martirio.
Entre otras gracias tú le diste esta prerrogativa:
que por tu poder curara el mal de la garganta.
Te rogamos humildemente
que no mires nuestras culpas,
y por los ruegos y méritos de S. Blas,
bendice + y santifica por tu admirable piedad
estas candelas infundiéndoles tu gracia,
a fin de que todos aquellos
a quienes les fueren aplicadas en la garganta,
se vean libres de cualquier mal de la misma,
y alegres y sanos te rindan en la Iglesia
acciones de gracias y alaben tu glorioso nombre
que es bendito por los siglos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
Se rocía las velas con agua bendita.
Luego se aplican (sin encenderlas)
a la garganta de cada uno de los fieles mientras dice:
Por la intercesión de S. Blas,
obispo y mártir,
te libre de todo mal de la garganta
y de cualquier otro mal.
Amén.
Conclusión del rito:
- El Señor tenga en cuenta vuestra devoción y os conceda su ayuda en cada momento de la vida.
Amén.
- Que con su amor os guíe y proteja aquí en la tierra y os haga llegar felizmente a la gloria celestial.
Amén.
-Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros
y permanezca para siempre.
Amén.