Divina Providencia,
tú que fuiste autora de todo aquello en lo que creo,
sin cuya voluntad nada se mueve.
Pienso en ti en mis momentos de incertidumbre,
para que puedas guiarme y protegerme del mal
y de los espíritus envidiosos.
Guíame y guía mi espíritu.
Si alguno de mis enemigos,
debido a la envidia, alza la mano para lastimarme
o dice algo para dañarme,
desvía su mano y sus pensamientos malignos
y haz que se arrepientan de sus errores contra mí
y que soliciten mi perdón.
Y yo lo perdonaré
y suplicaré a Dios por su salvación.
Angel de la guarda, no me dejes,
porque soy inocente,
caer víctima o ser culpado
por pecados que no he cometido
y que sólo servirán para satisfacer a mis enemigos.
En nombre de Dios Todopoderoso,
suplico a mi angel de la guarda
y a los espíritus que me protegen,
ser liberado de todas las malas influencias
y tentaciones y que los espíritus de la luz
me salven para siempre.
Gran Poder, que esta oración me proteja
de mis enemigos espirituales y materiales,
y rezo para que tu Divina Gracia
me proteja con tu mano.
Amén.