"San José, guardián de Jesús
y casto esposo de María,
tu empleaste toda tu vida
en el perfecto cumplimiento de tu deber,
tu mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret
con el trabajo de tus manos.
Protege bondadosamente
a los que recurren confiadamente a ti.
Tu conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.
Se dirigen a ti porque saben
que tu los comprendes y proteges.
Tu también conociste pruebas,
cansancio y trabajos.
Pero, aun dentro de las
preocupaciones materiales de la vida,
tu alma estaba llena de profunda paz
y cantó llena de verdadera alegría
por el íntimo trato que goza con el Hijo de Dios,
el cual te fue confiado a ti
a la vez que a María, su tierna Madre.
Amén."