INVOCACIÓN
Ángel de Dios, que eres mi custodio,
ya que la soberana piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname siempre
(o en este día, o en esta noche, o en este viaje, etc.).
ORACIÓN
Oh Dios, que en tu providencia amorosa
te has dignado enviar para nuestra custodia
a tus santos ángeles;
concédenos, atento a nuestras súplicas,
vernos siempre defendidos por su protección
y gozar eternamente de su compañía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
JACULATORIA
Ángel de la Guarda,
dulce compañía,
no me desampares ni de noche ni de día.
No me dejes solo porque me perdería.