El gran poder de dios me valga
la
fortaleza de la fe de Jesucristo, me acompañe.
La purificación es conmigo.
El consistorio de la santísima trinidad
quebrante la fortaleza de mis
enemigos,
para que no me hagan más daño ni a mí,
ni a mi familiares,
ni a
mis bienhechores,
Jesucristo redentor,
que al mundo desde la cruz
venciste.
Vence a mis enemigos por la muerte que tuviste
amen.