Se empieza con el acto de contrición
y después la jaculatoria siguiente:
Santa Ana de Dios amada
Y de todos alegría,
Sed siempre nuestra abogada,
Pues sois Madre de María.
Y de todos alegría,
Sed siempre nuestra abogada,
Pues sois Madre de María.
Así como esto es verdad, señora mía,
haced que mis penas,
se me vuelvan alegrías,
particularmente las de última agonía.
se repite diez veces
Santa Ana Santísima.
Se responde:
Madre de María Sacratísima.
Santa Ana abuela de Cristo,
Madre de la Madre de Dios,
Por tu grande dicha
Ten nos compasión.
Vuelve tus miradas
A nuestro dolor;
Enjuga mi llanto,
Calma mi aflicción.
¡Ay mi Señora Santa Ana!
Con tan bello don naciste
Que a quien sus penas te cuenta
Tú siempre lo socorriste.
Aquí postrada a tus plantas
Socorro vengo a pedirte:
Mírame con compasión
Por el gozo que tuviste
Cuando a la Virgen María
Entre tus brazos tuviste.
Eres Abuela de Dios,
Consoladora de tristes;
Consuélame por tus penas,
Que tan grandes las tuvisteis.
Madre de la Madre de Dios,
Por tu grande dicha
Ten nos compasión.
Vuelve tus miradas
A nuestro dolor;
Enjuga mi llanto,
Calma mi aflicción.
¡Ay mi Señora Santa Ana!
Con tan bello don naciste
Que a quien sus penas te cuenta
Tú siempre lo socorriste.
Aquí postrada a tus plantas
Socorro vengo a pedirte:
Mírame con compasión
Por el gozo que tuviste
Cuando a la Virgen María
Entre tus brazos tuviste.
Eres Abuela de Dios,
Consoladora de tristes;
Consuélame por tus penas,
Que tan grandes las tuvisteis.