Oh querido y  dulce Niño Jesús: 
he aquí un pobre enfermo que, 
movido por la más viva fe,  
profundamente invoca tu divina ayuda 
en favor de su enfermedad.
En Ti pongo toda mi confianza.
Sé que tú todo lo puedes 
y que eres muy misericordioso, 
la  misma misericordia infinita.
Grande pequeñito, por tu virtud divina,
por el  inmenso amor que tienes a los que sufren, 
a los afligidos, a todos los  necesitados, 
escúchame, bendíceme, socórreme, consuélame. 
Amén.
Tres Gloria al  Padre 
