¡OH JESÚS DEL GRAN PODER!.
He aquí la más miserable de las criaturas,
que viene a Vuestra presencia, humillada y arrepentida.
Misericordia de mi,
OH SEÑOR DEL GRAN PODER Y MAESTRO,
según vuestra Gran Misericordia.
Pequé y contra Vos fueron mis culpas;
más a vos pertenece mi alma,
pues la habéis creado y redimido
por Vuestra preciosa sangre.
Por la Cruz que lleváis en vuestros hombros,
ayudadme en todas mis necesidades;
socorredme en los peligros;
remediad mis enfermedades;
pero sobre todo Jesús,
dadme lágrimas de penitencias;
que soy tu hijo;
perdonadme como perdonasteis al ladrón arrepentido; mírame con compasión
desde el trono de vuestra Omnipotencia.
Amén.
OREMOS
OH, JESÚS NAZARENO DEL GRAN PODER;
Amén.
OREMOS
OH, JESÚS NAZARENO DEL GRAN PODER;
brazo fuerte, poderoso y protector mío.
No me abandones en tan apurado trance.
Padre mío protegedme
y ampara esta alma abatida y desesperada.
No desoiga, SEÑOR DEL GRAN PODER,
las suplicas de este corazón triste y afligido
y lleno de amor hacia Ti,
que eres mi único Padre y protector.
Mis suplicas llenas de amor,
Mis suplicas llenas de amor,
no pueden menos de llegar a Ti,
que eres el brazo fuerte y poderoso que todo lo puede.
Jesús mío, Jesús de mi alma,
SEÑOR DEL GRAN PODER,
ven a mi con tu corona de espinas,
con tu soga a la garganta y cintura.
Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
Jesús mío, SEÑOR DEL GRAN PODER,
Padre Nuestro, Ave Maria y Gloria.
Jesús mío, SEÑOR DEL GRAN PODER,
que tus ojos vean
y tus oídos oigan lo que te pido
(3 veces)
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